Son ustedes quienes deciden que alimentos qué alimentos se compran en su casa y cuando se sirven.
Los padres son quienes controlan el abastecimiento de alimentos.
Son ustedes quienes deciden que alimentos qué alimentos se compran en su casa y cuando se sirven. Aunque es de esperar que los niños den la lata a sus padres para que les dejen comer alimentos menos nutritivos. Son los adultos quienes deciden qué alimentos entran en casa. Los niños no se quedarán con hambre porque en su casa no hay lo que más les apetece comer. Comerán lo que hay en la cocina y el refrigerador.
De los alimentos que ofrezca a su hijo, déjele elegir.
Los niños también deben tener voz y voto en el asunto, de la selección de alimentos que ofrezca a su hijo, déjele elegir lo que quiera comer. Tal vez le parezca que esto es darle demasiada libertad, Pero, si usted sigue la primera recomendación de esta lista su hijo solamente podrá elegir los alimentos saludables que usted ha decidido comprar y preparar.
Olvídese de la máxima de "dejar el plato limpio".
Permita que su hijo acabe de comer cuando sacie su apetito. Muchas de las personas que ahora son padres se educaron con la máxima del plato limpio, pero este enfoque no ayuda a los niños a escuchar a su cuerpo para saber cuándo han comido suficiente. Si un niño aprende a conocer la sensación de saciedad y a reaccionar en consonancia, es menos probable que coma más de lo que debería.
Empiece pronto.
Los gustos y los desagrados relacionados con la alimentación se empiezan a desarrollar durante la lactancia. Así mismo, es posible que necesite darle a probar un alimento nuevo a su hijo en varias ocasiones antes de que lo acepte. No le fuerce a comer, limítese a ofrecer unos pocos bocados del alimento que desea introducir en su dieta.
Reescriba el menú infantil típico.
Cuando salgan a comer fuera de casa, deje que su hijo pruebe platos nuevos. Tal vez le sorprenda su deseo de experimentar. Puede empezar dejándole probar un poquito de lo que ha pedido usted o pidiendo una tapita o ración reducida para que la pruebe.
Las calorías en las bebidas también cuentan.
Los refrescos con gas y otras bebidas edulcoradas suman calorías y se interponen en el camino de la alimentación saludable. El agua y la leche son las mejores bebidas para los niños.
No confunda la comida con el cariño.
Cuando se utiliza la comida para recompensar a los niños y/o para mostrarles afecto, los niños pueden empezar a utilizarla como mecanismo para afrontar el estrés u otras emociones negativas. En vez de recompensar a su hijo con sus manjares preferidos, abrécelo, elógielo y préstele atención.
Los niños hacen lo que hacen sus padres.
Sea un buen ejemplo para su hijo comiendo de forma saludable. La mejor forma de enseñar buenos hábitos alimentarios a su hijo es comiendo bien. Tome tentempiés nutritivos, coma en la mesa y no se salte las comidas.
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